miércoles, 5 de febrero de 2014

GIAT, Grupo de Investigación de la Agrupación de Tráfico

TOLEDO
 Por Manuel Moreno, diario ABC

 Sergi, Iván, Mario, Benito y Coti son los nombres en clave de los cinco agentes del Grupo de Informes y Apoyo de Tráfico del Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Sergi, Iván, Mario, Benito y Coti son los nombres en clave de los cinco agentes del Grupo de Informes y Apoyo de Tráfico del Sector de Tráfico de la Guardia Civil de Toledo. Son los chicos del GIAT. Tras esa rimbombante denominación, que ni a ellos les gusta, se esconden detectives que investigan sin descanso delitos relacionados con el mundo del automóvil, desde atropellos con fuga hasta la falsificación de documentos de vehículos de alta gama o la suplantación de la persona en exámenes de conducir, principalmente entre chinos y marroquíes. «El abanico de casos es muy amplio, siempre a juicio del jefe», explican. El «boss» es Sergi, un experto en informática que lidera un grupo formado hace cinco años con guardias que ya atesoraban una sólida trayectoria en el Servicio de Información. Coti y Benito son los veteranos de la piña, un quinteto dicharachero y deportista que ni bebe alcohol ni fuma, «salvo que el trabajo obligue», aclaran entre risas.


  Dicen de ellos en la Comandancia que forman un grupo «peculiar», muy reputado en España y en el extranjero por la rápida resolución de muchos de sus casos, algunos aparentemente complejos para el común de los mortales pero que los cinco del GIAT han llegado a esclarecerlos en 48 horas, cuando todavía no tenían los resultados oficiales de las pruebas que habían enviado a los laboratorios de la Dirección General de la Guardia Civil, uno de los principales pilares de sus investigaciones.

Un sabueso que lo ve todo

  Además de tener un lince en el campo de la informática -Sergi «navega» por internet como un pez en el agua-, a este GIAT no le falta de nada, en cuanto a las cualidades de su personal: hay un experto en artes marciales, otro en conducción evasiva, un habilidoso motorista y Benito, un sabueso de los que ya quedan pocos. «Tiene un olfato increíble, es el que lo ve todo», afirman sus compañeros mientras el susodicho mantiene la cabeza agachada por vergüenza. Tampoco deben echar mano de traductores, pues se defienden en inglés, francés, alemán y caló (lenguaje de los gitanos españoles). Son cinco agentes para toda Castilla-La Mancha -¡casi «ná»!-, si bien tienen el apoyo de dos compañeros en cada una de las provincias de la región.

  Los disfraces no son ningún secreto para ellos, que siempre visten de paisano. Han sido por unas horas basureros, indigentes, instaladores de teléfonos, chorizos y adinerados sujetos, entre otros personajes.      
En el argot lo llaman «adaptación al medio». El dibujante Ibáñez, seguramente, se inspiraría en este quinteto para una historieta de Mortadelo y Filemón.






ASTURIAS.
La TPA destaca el trabajo que realiza el GIAT en la Comunidad Autónoma de Asturias